Muchachos… ¡GRACIAS! Sí, gracias… gracias a mis amigas, me he dado cuenta que cada uno de ustedes es oro en polvo. Escucho a mis amigas hablar de sus exs y realmente siento que fui una afortunada. Ustedes fueron boludos: algunos muy boludos, otros un poco menos, pero eran boludos inofensivos; un boludo “bueno” digamos. Nunca un grito, nunca una puteada.
Bueno… vos Ari, una vez me alzaste la voz, ¿te acordás? Sí, me dijiste “si te vas de mi casa ahora, esto se termina acá”…Tardó como 20 minutos el remis, vos me mirabas desde la terraza; yo esperaba en la puerta. Vos pensabas que iba a volver, ¿no?... y bue… no me tendrías que haber desafiado. Pero bueno, ninguno tuvo actitudes de macho soberbio.
Bueno, Teby, ¿vos te acordás cuando cortamos? Yo me quise bajar del auto y vos me dijiste “si no te llevo a tu casa, no me ves nunca más “…¿Recordás mi cara de felicidad cuando me subí al colectivo?” ¡Ay muchachos, me siento un poco mediocre igual, darles las gracias por no putearme, no maltratarme! Parezco una víctima de un robo, que da las gracias a los delincuentes por no matarla o violarla. Bueno… yo en mi caso haría la denuncia si la violación no se lleva a cabo, ¡obvio!
Me gustaría nombrarlos a todos, pero salí con tantos boludos; el casado, el bipolar, el pendejo, el stoncito, el testigo de Jehová, el nerd… Bueno, nerds me comí a varios… pero ojo eh, son FOGOSOS los Nerds. Y sí, no la ponen muy seguido. Imaginate, ¡te agarran y te la descosen!
Creo que me estoy desvirtuando un poco, pero si no le pongo onda, este texto sería para ponerse a llorar o metérselo en el orto realmente.
Para ir redondeando… ¡GRACIAS por haberme dejado ir! ¡Gracias por entender que no los bancaba más y que ninguno tenía una pija lo suficientemente larga como para retenerme! Tampoco cogían como los dioses; sino, estaríamos garchando muchachos.
Para ir redondeando… ¡GRACIAS por haberme dejado ir! ¡Gracias por entender que no los bancaba más y que ninguno tenía una pija lo suficientemente larga como para retenerme! Tampoco cogían como los dioses; sino, estaríamos garchando muchachos.
En fin, el escuchar tantas historias de mierda, me hizo recordarlos con una sonrisa. Sí, fueron pelotudos. Pero los recuerdo con cariño, sin más que decir…Bueno, vos Mati, cuando dejes de ser tan pendejo, llamame. Cogías bastante bien, pero no estoy para dar vueltas en la calesita, ya estoy grande. Si madurás, llamame, ¿dale?
Los adoro chicos,
¡Besis!
