El 2013 fue sin dudas un año bisagra para mí, con muchos
cambios pero también con muchos quilombos, problemas reales que con el apoyo de
mi familia y amigos los pude superar. Dejé terapia después de estar más de 7
años con la misma analista, decidí tomar el timón y empezar a enderezar el
barco con hechos, las palabras sobraban ya, era el momento de accionar…corte
una relación complicada que me tiraba para atrás y no sumaba nada en mi vida y
empecé a volver a tejer esa red de relaciones sanas que tan bien me hace, apoyándome
en la gente que realmente me ayuda a estar bien.
Me di cuenta que encerrarme y deprimirme ya eran una opción
para mi, elegí dejar de ser ADICTA, empezar a poner en palabras todas esas
emociones y sentimientos que por años me acostumbre a tragar, a devorar y
masticar tanta mierda que me intoxicaba. Era el momento de dejar de recurrir a
cualquier sustancia para tapar angustias, ansiedades, para evitar sentir. Dejar
esa armadura que me cubría para protegerme…pero para protegerme de qué? del miedo
a sentir?...me pasaron muchas cosas realmente jodidas en la vida y pude superarlas,
me caí y me levante mil veces, pero esta no era una batalla más…era la más
complicada, la que siempre había postergado, era una batalla con mi peor
enemigo…conmigo misma.
Fueron meses difíciles, llenos de impaciencia, tensión,
miedos, incertidumbre, no fue fácil, tuve que pelear con los monstruos más
temidos, pero tenía un sostén muy importante y
mi vieja no se corrió de mi lado en ningún momento. Paso la primer
batalla, la operación, y no fue fácil pero lo superé, el postquirúrgico fue
heavy y mi mal humor insoportable, realmente quienes estuvieron a mi lado, lo
padecieron. Con los meses empecé a verme mejor, pero la vida no es color rosa…entendí
que esto era un 50 y 50 y ahora tenía que poner todo de mi para salir adelante
y hacer que esto funcione.
Se caían las capas de grasa, se empezaba a correr el telón y
sin quererlo estaba por primera vez al frente del escenario, con la posibilidad
de ser la protagonista de esta historia, de mi propia historia. Era una
consecuencia de mi elección, yo había elegido operarme, pero quizás no estaba
preparada para bancarme el SENTIR…no era consciente en ese momento de las
consecuencias que esa decisión iba a traerme, no era consciente de que todos
esos hábitos a los que recurría para evitar sentir ya no iba a poder usarlos; hábitos
autodestructivos, cargados de agresión…ya no podía recurrir a los atracones…y
ahora? Como me bancaba los sentimientos?…cargue, cargue y cargue hasta que el
cuerpo habló, licencia por estrés…lumbalgia por estrés, insomnio por estrés…me
tire un montón de cosas encima y el cuerpo no lo aguanto.
En ese momento empezó otra batalla, luchar con esos hábitos,
luchar conmigo misma y ese instinto tan destructivo y lleno agresividad…la agresión
tiene dos caminos, sale o se queda adentro…por mucho tiempo la guarde y cuando empezó
a salir me convertí en la peor persona que jamás había conocido. La convivencia
con mi familia era insoportable, yo estaba más agresiva que nunca, ni siquiera
les permitía acercarse. Me encerraba en mi casa, no salía, ni hablaba con nadie,
me encerré en el trabajo y el único con quién hablaba en ese momento era con el
chofer…el chofer de ese viaje que sin darme cuenta me llevaba al infierno.
Fueron meses de abstinencia, de miedos, cargados de emociones
que no sabía cómo procesar; estaba en carne viva, al desnudo, frente a un nuevo
camino, era el momento de empezar a transitarlo…no fue fácil pero de a poco entendí
que debía empezar a correr las piedras del camino, a esquivar los obstáculos y aprendí
que los vacíos son compañeros de ruta, son muy pesados si uno decide cargarlos,
si te los pones delante se transforman en un pozo ciego en el que caes y del
que es muy difícil salir, lo mejor es ponerlos a un costado y aprender caminar con ellos…
La guerra sigue, pero hoy puedo decir que llevo más
batallas ganadas que perdidas y tengo ganas de seguir luchando, porque pelee
muchas causas que no eran mías, me cargue y me hice cargo de quilombos ajenos
que eran parte de lo mismo, de tapar para no ver los míos. Hoy me siento PLENA,
decidida y con ganas de empezar a disfrutar de la vida, no será la mejor, PERO
ES LA MIA!